Mi nombre es Javier Gaspar y soy natural de Málaga. Mi vida siempre ha estado marcada por el emprendimiento y la filantropía. A lo largo de los años he trabajado en la hostelería, ya que lo llevo en los genes, hasta que decidí abrir un negocio diferente, una inmobiliaria. Con ella, he llegado a desarrollar el concepto de inmobiliaria social en Benalmádena, con el que sumo nuestro granito de arena a la sociedad.

A día de hoy he llegado a cumplir uno de mis sueños desde hace muchos años, abrir un Gastrobar social que se llama “La Vida es Bella”, cuyos beneficios son al 100% donados a la beneficencia.

Hace poco he redescubierto mi latente pasión por la pintura, y cuando digo redescubierto es porque es algo que siempre ha estado ahí, pero luego la vida me llevó por otros derroteros debido a temas familiares y no pude desarrollar esa habilidad que afloraba tímidamente en mi niñez.

El octubre de 2019, abrió un taller de pintura en la calle donde ejercía mi actividad inmobiliaria y parece que recibí una llamada o atracción especial. Empecé con Mabel, profesora de arte y Adriana, que tiene grandes habilidades en artes plásticas. Comencé a pintar por libre. Poco a poco me di cuenta que perdía la noción del tiempo y que era realmente enriquecedor crear mi propio cuadro, mezclar colores a mi antojo y dejarme llevar por la obra. Cada día me gusta más y estoy cogiendo más destreza en el manejo de los pinceles.